Regalos de dios para la neurología:
- exploración clínica. Es imprescindible explorar al paciente mediante un planning neurológico seriado para poder llegar al diagnóstico. Además esta exploración neurológica debe incluir a todas las estructuras nerviosas, ya que, por ejemplo, un perro parapléjico no tiene por qué tener la lesión en la médula espinal necesariamente.
- resonancia magnética “nuclear”. El adjetivo “nuclear” está en desuso, usándolo sólamente en química, no en medicina. Es el único aparato de diagnóstico de imagen capaz de detectar lesiones en el tejido nervioso de una forma fehaciente e inequívoca.
- metilprednisolona, manitol. De obligado uso en edemas de los tejidos nerviosos, sobre todo agudos. La furosemida no funciona en neurología.
- “vitamina P”: prednisolona (azatioprina). La prednisolona, no la prednisona, es el mejor corticoide para neurología. Se debe combinar muchas veces con la azatioprina en tratamientos inmunosupresores.
- diazepam, midazolam. Las benzodiacepinas son de elección en neurología: disminuyen la presión intracraneal, no alteran los parámetros cardiológicos, etc..
- propofol, ¿ barbitúricos ?. El propofol ha sustituido a los barbitúricos en el tratamiento del estatus epilepticus, por su nula acumulación y rápida metabolización.
- enros, cefas, sulfas, clinda.Disponemos de un gran abanico de fármacos antibióticos que atraviesan la barrera hematoencefálica.
-fisioterapia-neurorehabilitación. De reciente utilización en pequeños animales, constituyen un arma terapéutica obligada para todas las patologías neurológicas, debiendo diseñar un plan diferente para cada tipo de patología nerviosa.
-nursering. Los cuidados de enfermería: control de la hidratación-perfusión tisular, alimentación, control de esfínteres, etc.. son fundamentales para una buena recuperación funcional.
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Regalos de dios para el bolsillo:
- acupuntura. Al no obtener resultados repetitivos con ella, es de dudosa eficacia en neurología, sobre todo en la de los pequeños animales, donde el factor “sugestión” no actúa como en los humanos.
- homeopatía. Francamente no funciona, por el mismo motivo que la acupuntura (en todos los congresos y cursos de neurología a los que he asistido se han echado las manos a la cabeza los ponentes). La homoempatía, empatía hacia el hombre, sí que funciona, y la realizan muy bien nuestras mascotas.
- herboterapia, magnetoterapia. Como ellas, multitud de fórmulas mágicas se ofrecen en el mercado, con muy dudosa eficacia terapéutica, que no económica.
- loquesea-terapia. Está demostrado que el 20% de los pacientes curan sólos, llamen o no llamen a Rappel, lo que supone una elevada cantidad de pacientes curados por “artes mágicas” neuroterápicas, que además, no son baratas.
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Regalos del diablo para la neurología:
- vitamina B. No se muy bien por qué, pero un elevado número de pacientes que acuden a nuestro hospital para ser diagnosticados llevan todos su dosis de vitamina B, quizá influenciado por sus adjetivos de “neuroprotectora”, etc... Realmente, son escasísimos los pacientes que, a mi juicio, requieren esta vitamina. Puestos a dar vitaminas, demos la vitamina C, que como antioxidante que es, “algo bueno” hará. ¿conseguiremos algún día desterrar las intoxicaciones con vitamina B y las “orinas amarillas” en nuestros pacientes?
- AINES: carprofeno, meloxicam, etc... La escuela “anticorticosteroide” ha influenciado muy mucho el arte de suministrar antinflamatorios al paciente neurológico, supongo que influenciada por la fobia de la medicina humana al uso de corticoides, la cual es muy diferente a la veterinaria. Estamos de acuerdo que una radiculopatía y otras patologías dolorosas se pueden manejar con AINES, pero antes, debemos de haber suministrado nuestros corticoides “estabilizadores de las membranas”, que si bien no se sabe muy bien exactamente por qué mecanismos actúan, lo que se sabe es que son eficaces e insustituibles en patología traumática craneoencefálica, medular, neurocirugía, etc..
- calmo (acepromacina). No es de recibo que nuestros pacientes epilépticos vengan “tranquilizados” con acepromacina, la cual baja el umbral epileptógeno.
- titulaciones de anticuerpos. Hemos visto hasta la saciedad pacientes neurológicos acompañados por paneles serológicos que tratan de demostrar la positividad de enfermedades que incluso no existen en España. Un positivo a la neospora o a toxoplasma, no tiene por qué ser la causa del problema neurológico del paciente, como así hemos visto en numerosas ocasiones. Debemos diagnosticar con un juicio clínico completo, no sólo con un análisis de sangre. No podemos condenar al paciente a un tratamiento a la vista de sólo un positivo a una IFI o a una PCR.
- eutanasia. Los cuadros neurológicos son a veces muy severos, muy inquietantes para el propietario de la mascota, espectaculares, y muchas veces se nos requiere (o se nos aconseja) que eutanasiamos a nuestra mascota. Ejemplos como una meningitis granulomatosa, un ataque convulsivo, un síndrome vestibular del perro senil o una hemorragia cerebral casi siempre vienen acompañados con la palabra maldita. Todos ellos tienen tratamiento, e incluso muchos de ellos se curan sólos, sin hacer nada. Hay que evitar el sufrimiento del paciente neurológico, pero sabiendo manejarlo, con las potentes armas terapéuticas anteriormente descritas, no pensando precipitadamente en la eutanasia, ya que muerto se sufre más que vivo, sobre todo en patologías que curan sólas.
- nucleótidos y neuro-loquesea. La lectura del prospecto de ciertos medicamentos llega a ser ya por sí curativa, en humanos. No atiborremos con nucleótidos y neuroprotectores a nuestro paciente que no está diagnosticado correctamente, a no ser que nuestro perro o gato sepa leer.
- carritos USA. Con el dinero que cuesta el dichoso carrito podremos pagar la resonancia de nuestro perro paralítico, y con algo menos, la consulta de un buen neurólogo veterinario. Desterremos el carrito como primera opción, porque nuestro paciente necesita todo lo contrario: mover las patas paralizadas.
- ketaminas. Prohibidas en neurología por el aumento de la presión intracraneal, ya de por sí elevada y comprometida en casi todas las neuropatías.
- varikennel – reposo estricto. Al contrario de lo que se suponía, y nos enseñaban en la Facultades hace dos décadas, el paciente neurológico lo que necesita es “moverse”, estimular a los receptores y a todas las neuronas del sistema nervioso, incluso recién operado.
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